martes, 27 de abril de 2010

Presupuestos Participativos: Capital al que un buen gobierno local debiera echar mano


Por Pablo Andueza

Los cerros Bellavista y Concepción, en conjunto con uniones comunales de Viña del Mar y Villa Alemana, acaban de concluir un proyecto financiado por el Ministerio Secretaría General de Gobierno que buscó instalar en círculos políticos de sus comunas una herramienta de gestión municipal denominada “Presupuestos Participativos”.

Nacida en la ciudad de Porto Alegre (Brasil), la iniciativa del Partido de los Trabajadores del actual Presidente Ignacio Lula da Silva, los Presupuestos Participativos consisten en que los vecinos y vecinas, organizaciones sociales o vecinales, tienen el derecho a incidir directamente en la planificación presupuestaria de su comuna mediante un proceso democrático, que en último término lleva a referéndum y elecciones, en el cual proponen, priorizan y ejecutan proyectos de interés público con fondos municipales.

El caso de la comuna de San Antonio ha servido de ejemplo de esta interesante manera de planificar. En esta comuna de la región el 3,5% del presupuesto municipal es decidido actualmente mediante los Presupuestos Participativos. En nuestra región también tienen presupuestos participativos la comuna de Quillota y, prontamente lo tendrá la comuna de El Tabo. Sépalo Usted: sólo el 6% de las comunas del país definen parte de su presupuesto mediante la consulta popular, a pesar que todo el mundo no se cansa de hablar sobre la participación social.

El concejal de Valparaíso Jaime Barrientos fue pesimista sobre la viabilidad de presupuestar colectivamente en un Municipio, como el porteño, deficitario como lo está. Nosotros sentimos, a la inversa, esperanza con los presupuestos participativos. En municipios con dificultades estructurales como el nuestro, la participación social es un capital que el buen gobierno local debiera echar mano a la hora de gobernar, pues hace más seguras y sustentables las inversiones públicas: la pertinencia de las obras, el compromiso ciudadano con su cuidado, el rol controlador en la fase de ejecución y su efectivo uso gracias al vínculo logrado son algunos de los efectos bondadosos de este mecanismo de participación social.

Hay un último buen argumento en favor de la participación y concierne a los Municipios con una burocracia sobredimensionada y relativamente ineficiente. La presión social que impregna el reconocimiento municipal a los vecinos y a las vecinas tiene la virtud de revitalizar la administración municipal y conferirle un mayor dinamismo. ¿No es eso lo que quieren todas las autoridades municipales?